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#Nota
#Rosario Luchetti: Actitud Leona
#NotaDeTapa
Para muchos es uno de los pilares del equipo y la heredera de la capitanía albiceleste. Analizó el año olímpico de Las Leonas y explicó el desgaste que existió en la relación del plantel con el cuerpo técnico encabezado por Carlos Retegui. Guadalajara 2011, Soledad García, el retiro de Aymar y más.
A fuerza de títulos y logros conseguidos desde hace más de una década, Las Leonas se hicieron dueñas de un prestigio internacional y dejaron su marca en el deporte argentino. Convirtieron al hockey en la disciplina más popular entre las mujeres a nivel nacional y gracias a una basta experiencia, forjaron personalidad dentro y fuera del campo. Tal vez no fueron conscientes, pero esas credenciales las hicieron propietarias de un derecho: El de voz y voto dentro de la estructura Institucional. El grupo nunca lo había ejercido, pero decidió hacerlo para ponerle fin al ciclo más exitoso de la historia. ¿Por qué lo hicieron? En una entrevista íntima con Hockey RD, una de las referentes del plantel campeón del mundo explicó los fundamentos.
-El 2012 fue un año muy particular, ¿cuál es el balance que realizás?
-Se rescatan los resultados que hubo. Si miramos hacia atrás, fueron años muy intensos, de muchos entrenamientos y mucha carga. El equipo se tuvo que adaptar a un montón de cosas. Empezamos con unos amistosos en Córdoba y estábamos un poco desanimadas porque no le encontrábamos la vuelta al juego; no nos sentíamos cómodas. Sin embargo vino la Champions en Rosario y salimos campeonas cuando nadie apostaba nada por ese grupo. Por ahí no fue el juego que más le gusta ver a la gente, pero el equipo se sintió bien y disfrutamos mucho de haber ganado ese oro; fue un buen empujón para arrancar la dura preparación de cara a los Juegos Olímpicos.
-¿Fue el arranque de temporada más duro desde lo mediático?
-Uno tiene que ser bastante frío y leer lo que quiera leer. Al ser un equipo relativamente nuevo, nadie nos tenía mucha confianza. Faltaban figuras como Sole (García) y Lucha (Aymar) no estaba en su mejor momento. Estuvo bueno que nosotras nos hayamos podido abstraer de esas cosas, haber puesto lo mejor e ir a jugar la Champions como lo hacemos siempre: queriendo ir a ganarla y dando lo mejor dentro de la cancha. El equipo puso como prioridad la camiseta argentina.
-Para vos, fue un año particular por la lesión que sufriste...
-Me tocó en un momento bastante difícil, pero pude estar en Londres, compartir con las chicas el viaje y conseguir la medalla de plata. Las cosas se dieron así y creo que salieron mejor de lo que yo esperaba. Trato de mirar lo bueno: pienso que estuve allá, que pude jugar, que tuve minutos en cancha cuando en realidad era una lesión por la que quizás me tendría que haber quedado acá. Me fui de algunos entrenamientos sin ganas, llorando y diciendo que no llegaba, pero las chicas siempre estuvieron ahí bancándome.
-¿Quedaste conforme con tu rendimiento?
-No estoy conforme porque soy super exigente y me hubiese encantado jugar más. Me costó mucho estar en el banco y que me tocara entrar 5 o 10 minutos. Pienso en Lucha, en si era su último torneo y me doy cuenta que me hubiese encantado jugar más. Además veníamos conectándonos bien. En los primeros años de selección me costaba porque había que encontrarle la vuelta a su estilo. Me sentía muy bien físicamente y por eso me da bronca.
-Actualmente, ¿cómo valoran la medalla que ganaron?
-Tuve la suerte de haber jugado Beijing y Londres, y siento que en 2008 me costó más ganar una medalla y eso que no disputamos una final. En 2012 de repente estábamos jugando por la dorada. Me parece que a medida que va pasando el tiempo uno la valora más porque saca conclusiones, está
más frío de la cabeza y ve las cosas positivas.
-¿Sentís que estaban todas las condiciones dadas para ganar el oro?
-Las condiciones eran buenas, el equipo estaba bien, el grupo estaba bien, pero después existieron otros factores, como las lesiones. Fue un equipo que maduró muy rápido en muy poco tiempo. En el 2012 pasaron un montón de cosas que podrían haber pinchado al grupo y sin embargo el equipo peleó, siempre fue para adelante y hoy es medalla de plata.
-¿Creés que se dejó pasar la gran oportunidad para conseguirla?
-La sensación de bronca era un poco por eso. Sentíamos que era la oportunidad para que el hockey ganara el oro olímpico. Era el objetivo y a todas nos quedó un poco la espina de esa medalla. Realmente creo que sentíamos que podíamos ganarla.
-¿Pensás en la final al buscar una razón por la cual no se ganó el oro?
-Soy consciente de que en la final no jugamos bien y de que el rendimiento del equipo no fue el mismo que se venía teniendo a lo largo del torneo. Emocionalmente yo estaba pasada de revoluciones, con mucha ansiedad, entonces no me imagino cómo debían estar aquéllas que estaban en su primera final, su primer Juego Olímpico y se tenían que hacer cargo del equipo. Te levantás mal un día, como pasó en el Panamericano, y desperdiciás una oportunidad.
-Terminó el 2012 y también el ciclo de Carlos Retegui como entrenador de Las Leonas. “Desgaste” fue la palabra que se usó como fundamento...
-Creo que la palabra desgaste se dio literal. Fueron cuatro años intensos en los que se entrenó mucho. Nos veíamos las caras todo el día. No reprochamos ese proceso, porque fue exitoso. Se ganó casi todo: tres Champions Trophy, un Mundial, la medalla olímpica... El equipo no bajó del podio en esos cuatro años con ese cuerpo técnico. Hoy el seleccionado entrena a un nivel y un ritmo tan alto que no sé si da para procesos tan largos. Fue algo que se sintió de las dos partes. Cuando uno ya dio todo lo que tiene para con la otra parte, no queda mucho más. Ya no había una misma respuesta de un lado hacia el otro.La tolerancia también era menor. En el 2012 se aguantaron bastante las dos partes porque había un objetivo muy claro que era el Juego Olímpico, pero ya no daba para más. Nosotras ya no podíamos entregar nuestro máximo para con ellos y quizás ellos para con nosotras. Era todo muy rutinario, por eso creo que fue el momento justo para que venga el cambio. Todos debemos tener un balance super positivo, pero coincidimos que de las dos partes ya había un desgaste marcado. Se charló con ellos y se charló con el equipo internamente.
-¿Cuándo se dio el quiebre en la relación?
-Creo que en el 2012 fuimos muy conscientes de que esto estaba pasando, pero había un objetivo muy claro como los Juegos y no era el momento para plantar bandera. Nosotras somos jugadoras y nos tenemos que dedicar a jugar, pero cuando es algo generalizado, que está charlado internamente en el equipo, aunque las decisiones después las tomen los de arriba, no podés dejar de plantear lo que está pasando. Yo creo que en Guadalajara hubo un punto de quiebre. No por haberlo perdido y que quede una mancha negra, pero fue una alarma importante porque Argentina nunca en su vida había perdido un Panamericano. La forma en que lo perdimos, cómo se dio el torneo y cómo lo vivimos... Hubieron muchas cosas que no estuvieron buenas y eso fue una alarma bastante importante. Creo que las nosotras como equipo lo supimos resolver y nos fortalecimos. Hablamos las cosas que teníamos que hablar y después estuvimos bárbaro. En la Champions Trophy del año pasado el grupo estaba muy bien, pero con el cuerpo técnico no. No quedó todo de la mejor manera, entonces me parece que en México hubo un punto de quiebre, una alarma muy fuerte que dijo: “Acá hay algo que no está funcionando igual que dos o tres años atrás”. Se aguantó todo el 2012 por respeto a las dos partes, pero tanto cuerpo técnico como jugadoras éramos conscientes de lo que pasaba. Nosotras somos profesionales en esto y ponemos el equipo y la camiseta argentina por sobre todo. Todos trabajábamos para lo mismo y había que separar. Así y todo nos fue bien. Después del Londres era inevitable. Había que juntarse, hablar las cosas y resolverlo.
-Entonces la final de Guadalajara fue el detonante...
-La final fue la bomba. Venía todo más o menos. Había sido un año raro, muy intenso. Hubo cambio de preparador físico, se entrenaba con demasiada carga y por ahí no nos sentíamos muy bien. Si pasó lo que pasó fue porque hubo situaciones durante el año que no estuvieron bien. Fue inevitable que las cosas quedaran muy sensibles, pero lo bueno es que siempre se pudo hablar y cada uno pudo decir lo que pensaba. Hoy lo necesario era un cambio del cuerpo técnico, aires nuevos, caras nuevas, siendo consciente de lo que puede venir.
-La situación de México fue un disparador de la salida de algunas jugadoras, en especial Soledad García, ¿cómo lo vivió el grupo?
-No lo hablamos internamente porque era un tema a resolver entre ella y el entrenador. Nosotras somos jugadoras y hay un montón de cosas en las que no nos podemos meter, por más que lo hablemos y opinemos entre nosotras.
-El contrato de Retegui se cumplía en diciembre de 2012, ¿eso ayudó para que ustedes plantearan su postura ante la Confederación?
-No, creo que se hubiese planteado igual porque ya se sentía que había un desgaste. Por ahí ayudó a la Confederación para tomar una decisión más fácil. Creo que había buen diálogo y buena relación para contar lo que le pasaba al equipo.
-¿El haber manifestado esto ante la CAH, tiene que ver con un crecimiento y madurez en la personalidad de Las Leonas como grupo?
-Puede ser. Años atrás eran las más grandes y experimentadas las que resolvían ciertas situaciones. Hoy es un equipo bastante joven y las más chicas van teniendo más voz y protagonismo. El diálogo es más abierto y está bueno. De todos modos, no es que de un día para el otro fuimos a la Confederación a plantear esto, lo hablamos mucho entre todas y era algo sobre lo que no teníamos nada que ocultar.
-Charo, si existió un desgaste, ¿cómo fue que eso nunca repercutió en los resultados?
-Es verdad y por eso también era difícil plantear que se buscaba un cambio.Nosotras estábamos muy bien y es super importante cuando un equipo funciona bien como grupo. Estando así es posible que los resultados sean más buenos que malos, más allá de la relación con el cuerpo técnico. Todos tiramos para el mismo lado, todas éramos conscientes de la situación, que había desgaste, que la tolerancia era menor, pero en el momento de jugar, el tirar todas para el mismo lado no falló nunca y creo que esa fue la clave. En Guadalajara si hubiésemos estado bien, otro hubiese sido el resultado. El grupo estaba raro. Supongo que ya no nos bancábamos más, porque entrenábamos mucho... Fue un año difícil y repercutió en el grupo.
-Claro, después de tantos entrenamientos uno termina cansado, malhumorado y está más predispuesto al roce...
-Sí... Así y todo nos bancamos bastante. Uno tiene que aprender a convivir. El grupo maduró y hoy está bien.
-¿Hubo algún cierre formal con el anterior cuerpo técnico?
-No. Estuvo la intención de darle un cierre formal al ciclo, pero por un tema de fechas se hizo difícil coordinar que estuviésemos todas. No sé si habrá oportunidad, creo que ya no, pero las cosas igual están bien. No hay resentimientos ni rencores a nivel general.
-En este 2013 comenzó un nuevo ciclo ¿cómo ves la transición?
-Lo veo bien. Hubo un cambio y eso tiene que traer ganas porque son propuestas y objetivos nuevos, con otra forma de entrenar.
-¿Qué sensaciones tenés respecto al nuevo cuerpo técnico?
-Sé que va a ser muy distinto a lo que era el Chapa. Venimos de cuatro años muy intensos y cualquiera que venga hoy va a ser diferente
-Dentro del nuevo cuerpo técnico hay una persona de tu club que conocés mucho...
-Sí (risas). A Magui (Aicega) es difícil ponerla dentro del cuerpo técnico. A la Jefa de equipo uno siempre la tiene más del lado del jugador. Está en el medio como nexo entre nosotras y el técnico. Es una forma para ella de estar cerca del seleccionado. Se relaciona muy bien con cualquiera, así que con el grupo no va a tener problema. Me parece que va a ser divertido tenerla cerca.
-¿Divertido, porque se presta más para la cargada?
-Si, seguro. Igual con cualquier jefa de equipo que tuvimos siempre hubo buena relación, fluida, de confianza y de mucha banca. Desde Clota (Claudia Médici), que es la “máxima”, como así también con quienes la suplantaron. Magui no va a ser menos que eso. A muchas ya nos conoce, hemos jugado con ella y yo todavia lo sigo haciendo en Belgrano.
-¿Por dónde creés que pasará el gran desafío de Las Leonas en 2013?
-Lo importante va a ser encontrar la conexión con el cuerpo técnico y usar los torneos para poner en práctica lo que nos plantee. Ojalá los resultados sigan siendo buenos.
-Considerando que es un año de transición, ¿te gustaría volver a jugar en Europa?
-Estoy bien acá. Desde el año pasado que tengo ganas de competir con Belgrano. Irme al exterior fue una experiencia linda y me quedan las ganas, pero hoy no pienso en eso. Acá estoy disfrutando un montón, así que lo dejaré para más adelante.
-¿Las Leonas están preparadas para el retiro de Aymar?
-Sí. Para nosotras va a pasar por encontrar otra forma de juego. El equipo participó de torneos amistosos sin Lucha y rindió bien. Tenés que encontrar otras rutas, otras formas de llegar al arco y no que ella te la lleve de área a área. Creo que el plantel tiene recursos, tiene jugadoras y calidad para poder rendir hoy sin ella. Obviamente Luciana te hace las cosas mucho más fáciles y es un lujo tenerla, pero creo que el equipo sin ella puede llegar a jugar muy bien. A mi no me preocupa.
-¿Cómo se vive el día a día junto a ella?
-La forma de ser de Lucha hace que uno la trate como a una más. Nosotras la cuidamos bastante, pero no porque sea Aymar, sino porque te hace que seas de esa manera. Es muy abierta, muy suelta y muy divertida. Enseguida te hace entrar en confianza, por más que seas de las más chicas y recién empieces en el Seleccionado.
-El retiro de Lucha abre una vacante en la capitanía y se habla de vos como sucesora ¿te imaginás en ese rol?
-No lo pensé mucho porque pienso en que Lucha siga jugando un poco más. Me ha tocado ser capitana en algún torneo y siempre fui agradecida a las chicas porque sé que me respetan un montón. Ellas ponen mucha confianza en mí y me hacen sentir que tengo un rol bastante importante dentro del equipo.
-¿Por qué no jugaste la serie con Nueva Zelanda en Rosario?
-Fue una decisión que tomó el cuerpo técnico junto a los médicos simplemente porque empecé a entrenar con el equipo en la primera semana y terminé con algunas molestias y la rodilla un poco hinchada. En ese momento no tenía mucha masa muscular como para soportar la carga de tantos entrenamientos, así que el plan en Rosario fue hacer una rehabilitación y un refortalecimiento para lograr recuperarla.
-Cuando te operaste, ¿estaba dentro de los planes que se diera este tipo de molestia en la rodilla?
-En el momento que tomé la decisión, solamente pensaba en los Juegos y no a futuro. Hablé con los médicos y me dijeron que estas son cosas normales por el esfuerzo que hice para ir a Londres y por lo que soportó la rodilla en ese momento. Era lógico que pasaran estas cosas. Después de la medalla de plata, el equipo paró y yo dejé de entrenar. Si bien retomé el gimnasio y los ejercicios para la pierna, actualmente tengo que volver a acostumbrar a la rodilla a todos los movimientos comunes del hockey.
-¿Todo esto te genera algún temor o malestar emocional?
-Me genera mucha ansiedad porque arranca un nuevo año, un nuevo proceso con nuevos objetivos y uno siempre quiere estar. Pero la verdad es que me siento bien porque fue una decisión en la que participé con mi opinión. También respeto la postura del cuerpo médico, de pensar en el futuro y, como dijo Carlos Bianchi, “volver tarde, pero bien”. Hoy las ganas de jugar están intactas. Veo los partidos desde afuera y me quiero morir, pero sé que es para mejor.
-¿Cómo hacen las más experimentadas para guiar a las más chicas y evitar que se confundan cuando se convierten en Leonas?
-Se transmite de generación en generación y de una manera muy natural. Siempre tratando de mantener los valores del seleccionado. No se transmiten con palabras, sino con hechos y actos que enseñan un montón. Obviamente que si ves una situación que no está muy buena, te acercás y hablás con ellas.
-A la hora de aconsejar a las más chicas ¿lo hacés teniendo presente que de alguna manera la estás formando como deportista?
-Si, de eso soy consciente. En un momento importante o antes de un partido, por ahí uno se acerca para darle alguna palabra de aliento, un consejo, una palmadita en la espalda.
-Fuera del deporte, ¿te informás sobre lo que sucede a nivel social, económico y político?
-Me gusta estar informada, pero me gustaría saber y entender mucho más. Creo que voy percibiendo por lo que me toca vivir. No leo muchos diarios, sí la parte deportiva (risas)
-En base a lo que percibís, ¿qué postura tomás sobre el presente del país?
-Me cuesta tomar una postura. En algunas cosas pienso que estamos mejor. Al menos en lo que yo hago y me dedico, no me voy a quejar. La verdad que el deporte argentino creció un montón con la creación del ENARD y el apoyo es muy bueno. A la larga va a repercutir positivamente porque los deportistas van a trabajar mejor. Nuestra beca mejoró un montón y por eso podemos entrenar de la manera en que lo hacemos. Nosotras casi somos profesionales: yo vivo del hockey, juego y disfruto de lo que hago. Sin embargo, en la parte social no sé si estamos mejor.
-¿Notás que el país no está bien en lo social?
-Yo noto en la gente con mucho nervio, mucha intolerancia... Cada vez más. Cuando volvés al país ves que la gente no vive tranquila por la inseguridad...
-¿La política es un tema que tocan Las Leonas?
-En el plantel no hay mucho debate político. Por ahi hay alguna más entendidas que sí charlan un poco, pero no nos hemos llegado a pelear nunca.
-Pero sí es un grupo que se lleva bien con la tecnología ¿cómo te va con las redes sociales?
-Bien. Tengo Facebook, Twitter, mails, navego en internet... Pero no soy tan fanática como otras (risas). Me gusta, me parece que están muy buenas. El Twitter es una manera de estar informado, de informar y de promocionar.
-¿Es un canal que ayuda a sentir el respaldo de la gente?
-Si, se siente en los torneos el apoyo, el aliento, los comentarios. Es mucho más fluida la relación con el público que no conocés a nivel mundial. Se siente más cerca a todos.
-¿Cómo observás el surgimiento de los Fans Club?
-No llegamos a conocer a la gente que los hace... Con algunos tenés más relación, buena onda o contestás algunos mensajes. Sería lindo poder responderle a todo el mundo, pero es imposible a veces.
-¿Tiene alguna incidencia en el grupo lo que se dice de ustedes en Twitter?
-A veces repercute. Por lo general cada una sabe que tiene que manejar lo que lee porque puede influirte, como antes de la Champions Trophy 2012 en donde los medios no eran muy amigos. Hay que saber separar y manejar lo que uno ve.