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#Nota

#Les Passions D'Una Lleona

#LadoB

En la entrega de medallas de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 no vaciló en sacar a relucir la bandera de Cataluña y el gesto generó una verdadera revolución en la comunidad que desde hace años lucha por conseguir su independencia de España. Esa fue la manera espontánea que Sofía Maccari encontró para agradecer y celebrar con el pueblo catalán la plata conseguida con el seleccionado.

Ser participativa y carismática son rasgos que la posicionan entre las conductoras anímicas del conjunto albiceleste. Y con una gran personalidad, dentro y fuera de la cancha, nadie duda de su estirpe de Leona. La prueba de ello está en la heroica semifinal del Champions Trophy Rosario 2012 y la histórica pechera roja de la cual atesora un grato recuerdo.

-Desde afuera se observa que sos fundamental en el aspecto anímico del grupo, ¿sentís que de alguna manera cumplís esa función?
-Sí. En el momento que entré al seleccionado yo sabía que no iba a jugar el Mundial 2010 y que era muy difícil meterme en ese equipo. Tal vez en ese momento jugaba tan poco que igual tenía que estar contenta y apoyar a mis compañeras. Ahí aprendí a ver mi lado más humano en el equipo. De golpe llegué a un plantel de primer nivel mundial, con estrellas y en donde no era nadie y tenía que ganarme mi lugar. Allí empecé a descubrir mi lugar desde la parte de transmitir alegría. Obviamente que también me gusta ser importante dentro de la cancha

-¿Cómo hiciste para darte cuenta que tenías el nivel necesario para ser parte de Las Leonas?
-Me costó. Al principio sufría mucho porque me veía muy lejos de las chicas. Veía que no estaba a la altura física ni técnica. Fue un cambio de golpe y al principio lo padecí más de lo que lo disfruté. Soy una persona a la que le cuesta bastante tener confianza en sí misma. Con el tiempo, el Chapa (Carlos Retegui) me ayudó porque él me daba mucha confianza y eso fue fundamental y lo valoro. Cuando me empecé a poner bien en lo físico y nutricionalmente, comencé a igualarme más con las chicas. De todos modos soy consciente de mis limitaciones. También sé que tengo al lado jugadoras muy buenas y es muy difícil sacarles el lugar. Por eso para mí, estar dentro de las 16 o 18 es muy importante. Sobre todo en el hockey de hoy que es tan dinámico.

-También te relacionan mucho con lo batalladora que sos dentro de la cancha...
-Soy así desde chica, muy competitiva en todos los aspectos. Soy consciente que ser así es bueno para muchas cosas porque contagiás a un equipo y a tus compañeras. Sin embargo, es cierto que te puede dejar con una menos en momentos claves y eso complica. En el seleccionado me empezaron a etiquetar con esa imagen de aguerrida que quizás se nota cuando te ponés la camiseta de Las Leonas.

-Hablando de esa fuerza y empuje que tenés, ¿qué se te viene a la cabeza si te mencionamos cuatro palabras: Champions, Rosario y pechera roja?
-(Risas) Es un recuerdo lindo y también divertido, aunque en el momento se vivió mucho estrés porque se trataba de una semifinal y quedaba tan poco tiempo para el final. Quizás en el momento una no era consciente, pero fue algo que me marcó y a mucha gente también. Esa Champions del 2012 yo no la jugué tanto y cuando el Chapa me miró y me dijo: “Entrás por Goofy (Belén Succi)”, no entendía nada. Para mí fue importante que me eligiera entre las que estábamos en el banco. Ahí había cinco más y él, en ese momento, confió en mí. Salió todo demasiado bien. Son de esas cosas que no vuelven a salir así en años.

-Sustituiste a la arquera y a muy poco del final recuperaste una bocha que de alguna manera le dio a Las Leonas el pase a la final. ¿Cómo lo viviste?
-Quedaba un minuto y las holandesas no se iban a poner a mover la pelota. Si bien las europeas son muy frías, yo creí que la iban a tirar para adelante. Entonces intenté presionar a la que salía. La jugada fue muy rápida, fue un segundo. Intercepté el pase y caí al piso. La pelota fue hacia Lucha (Aymar), que se la tiró a Delfi (Merino). Ella engancha frente a (Maartje) Paumen y llegó el penal.

-¿En ese momento fuiste consciente que habías provocado esa jugada?
-No. Después, con el paso de los días, lo fui pensando. Es el día de hoy que un montón de gente me manda el video y me lo recuerda en Twitter. Fue genial, una locura.

-Mencionaste la frialdad de las europeas dentro de la cancha y vos sos todo lo contrario, ¿cómo viviste ese choque de personalidades en tu paso por España?
-Una no tiene que cambiarla porque es algo que se lleva en la sangre, pero también debe buscar un límite porque tienen otra cultura. Es una diferencia abismal. Pero cuando yo jugaba allá, es lo que les gusta. Por algo llevan argentinas. Porque aparte de esa cuota de habilidad que tienen, poseen ese plus del temperamento que otros países para mí no lo tienen.

-¿Por qué te fuiste siendo tan chica?
-Siempre tuve la idea de probar otro hockey, otra cultura. Me gusta mucho viajar y conocer países. Mis padres me dejaron ir cuando terminé el colegio. Dije: “voy un año y vuelvo”. Y año a año me iba quedando y tenía ahí mi lugar, mi casa, mi gente. Me hice mi grupo de amigos y en un momento pensé que no volvería a Argentina. No tenía la idea de regresar, estaba muy bien allá. Después pasó lo del seleccionado y ahora te digo que no vuelvo más para allá (risas).

-¿Cómo recordás esa etapa en España?
-Creo que durante los primeros años fui muy inconsciente, en el sentido de que me cuidaba poco y salía. Fue una adolescencia un poco más larga. Vivía de lo que me gustaba y no era consciente de que era un trabajo. Hoy lo haría diferente, pero en su momento lo hice así, lo disfruté mucho y me hizo conocer un montón de gente, no sólo del equipo sino del club. Empecé a crecer y me di cuenta que estaba ahí por trabajo, que estaba cobrando por algo que tenía que hacer bien. Entonces empecé a hacerme tan parte de Terrassa y Cataluña que me tomé todo con mucho más cuidado y mucha más responsabilidad que al principio. Me fui viviendo con mi familia y volví totalmente independiente. Eso me marcó porque también toda la gente de allá fue como mi familia en muchos momentos o situaciones. Tengo los mejores recuerdos y es muy difícil decidirse por uno cuando estás muy bien en los dos lugares y con gente que te quiere mucho.

-¿Qué tanta incidencia tuvo España en tu formación como persona?
-Tuvo importancia por el momento en que me fui. No voy a decir que me formó más que Argentina porque acá estuve desde que nací hasta los 18 años. Creo que en mi proceso de maduración me ayudó mucho porque hice el click allá. Empecé a tener mis ideologías políticas, a conocer países y culturas. Eso te empieza a hacer crecer por diferentes razones. Los dos países tienen su cuota de “culpa” en mi proceso.

-Hablando de ideologías políticas, ¿cuándo empezaste a tomar partido por Cataluña?
-Cuando me fui no sabía nada, ni siquiera dónde estaba Terrassa. Tuve la suerte de que mi hermano con su esposa vivieran en Barcelona y los tenía cerca, junto con mis sobrinos. Empecé a ver que quizás era otra cosa totalmente diferente a lo que me imaginaba. Que era otra cultura, otra ideología, otro idioma. Me empecé a mover en un círculo muy catalán y mis amigos fuera del hockey eran muy independentistas. Entonces, empecé a interesarme. Me dije que si realmente quería aportar algo o tener mi propio pensamiento, debía ser a base de algo. Ahí comencé a interesarme más. Me gustaba lo que pensaban, como son y la verdad es que me volví bastante pro catalana.

-Si te preguntan por qué estás a favor de la independencia, ¿cuáles serían los principales argumentos?
-Para mí ellos están pidiendo algo que en su momento tuvieron. No es sólo que no los dejan ser independientes, sino que no quieren siquiera que hablen catalán. Siempre es una lucha constante entre Madrid y Barcelona. Defienden algo que tuvieron, que está bien. Tienen su propio idioma, su propia ideología y además poseen su propia cultura. Y la parte económica más fuerte de España. Eso es quizás lo que a los madrileños no les gusta.

-¿La situación se vive de manera tensa allá?
-Sí. Es un tema que con los catalanes podés estar hablando horas y horas porque realmente tienen fundamentos y creen posible esa independencia. Hace años yo no lo veía tan posible como ahora. Aún lo veo lejos porque me parece que les falta lucha en conjunto, pero creo que están mucho más cerca. Es un tema complejo porque tenés catalanes que no la quieren y otros que dicen que hasta la independencia no paran. Recuerdo que después de los Juegos Olímpicos fui de visita y llegué justo para las manifestaciones. Allá el 11 de septiembre es el día de la Diada, el día de Cataluña, y había una revolución increíble en Barcelona.

-¿Solés manifestar tu apoyo de manera activa?
-Siempre vía Twitter intenté apoyarlos de alguna manera. Yo no puedo aportar realmente demasiado para que lo consigan, pero me parece que en su momento Cataluña me dio mucho, al igual que su gente, y que son pequeños detalles los que uno puede aportar. Cuando en la entrega de medallas en los Juegos Olímpicos estuve con su bandera, para ellos fue una revolución. Llegué allá y me llamaron de todas las radios y diarios porque no lo podían creer. Ningún deportista catalán había salido con la bandera en un evento tan importante como lo es un Juego. En ese momento lo hice de manera inconsciente. Vi a un chico en la tribuna con la bandera y se la pedí. Me parecía que era algo importante porque estuve siete años y en parte todo lo que viví ahí me ayudó a estar en un Juego Olímpico. Merecían que suba la bandera como muestra de que están presentes en mi corazón. Para ellos fue la muestra más grande. Me llamaron del Barça (Barcelona FC) y el presidente Sandro Rosell me llevó al palco a ver un partido. No lo podía creer.

-¿Vivir en Barcelona despertó tu pasión por el fútbol?
-Soy muy hincha River. Cuando era chica íbamos mucho a la cancha con mis hermanos y mi papá. Siempre fui muy futbolera. Cuando llegué a España empecé a ir a ver al Barcelona. Tenía un entrenador que me prestaba el carnet y me llevaba a verlo y ahí me empecé a hacer hincha. Allá se acostumbra mucho juntarse los domingos a la tarde en los bares para ver el partido y me hice amiga de los dueños de un bar (San Jordi) al cual iba siempre. Son unas personas que quiero muchísimo. El año pasado cuando fui les llevé una camiseta de los Juegos y se las dejé de regalo. Al ser muy futbolera, tenía que buscarme un club y me sentí atraída por el juego del Barcelona. Ahora soy una fanática, al igual que con River. El sentimiento es compartido.

-¿Y pudiste conocer a Lionel Messi?
-Sí. Fuimos a un entrenamiento con las chicas hace dos años, antes de los Panamericanos. Fue durante una gira. Le pedía a Lucha (Aymar) que nos hiciera conocer a Messi. Es el día de hoy que se lo agradezco porque fue la que se puso en contacto con el padre de él, quien nos invitó a ver el entrenamiento. Lucha nos dio la noticia la noche anterior al encuentro y pensé que era una broma. A la mañana siguiente fuimos todas a la Ciudad Deportiva, pero llegamos cuando habían terminado el técnico. Justo era fecha FIFA y había muchos que no estaban. También quería ver a Xavi, a Puyol, quien me parece un capitán ejemplar, pero estaba Messi y no me importaba nada más. Estuvimos media hora charlando. Yo me acercaba y lo tocaba porque no podía creer que era él.

-¿Cómo se vivió el encuentro?
-Él iba charlando y nos contaba cómo se entrenaban y el tiempo que lo hacían. Me acuerdo que contaba que practicaban 45 minutos y siempre quedó la anécdota de que el Chapa dijo: “El día que ustedes hagan 30 pases antes de hacer un gol, como lo hace el Barcelona, vamos a entrenar 45 minutos”. El momento fue genial porque también estuvimos con Pep Guardiola y conocimos el estadio.

-Debe ser un recuerdo muy importante para vos...
-Sí. Es como estar con Lucha. Para mi jugar con ella y haber conocido a Messi, deportivamente, fue lo máximo porque son de nuestro país y por lo que significan a nivel mundial. Siempre digo que me llevo bien con Lu (Luciana Aymar), que tengo una linda amistad, mucha complicidad y nos llevamos bárbaro. Pero no dejo de ser consciente de que soy una privilegiada por jugar con ella, y se lo digo.

-Volviendo a tu pasión futbolera, ¿cómo dividís los sentimientos entre River y Barcelona?
-Cincuenta y cincuenta, sino sería muy injusta con mi padre que me hizo tan hincha de River. Hasta los 18 años fui fanática y actualmente voy a la cancha, aunque después es verdad que el Barça me voló la cabeza con su estilo de juego y eso es lo que me gusta del fútbol.

-Te tocó vivir dos realidades distintas: el descenso de River y el mejor Barcelona de la historia...
-Me fui a España con River en lo más alto y volví con River en la B. También porque creo que el fútbol argentino está feo, es más aburrido. Eso me hace ver mucho fútbol internacional.

-¿Te afecto el descenso?
-Sí. Más que el partido en sí, me afectó ver la promoción durante la Champions en Amsterdam. Estaba en el hotel con Sole García, Piti (Silvina D'Elía) y Charo (Rosario Luchetti), todas fanáticas de Boca. Sole gritó un gol haciendo el festejo como el Picante (César) Pereyra y yo me quería morir. Me afectó más el entorno que el resultado.

-¿Cómo te preparás para ver un partido del Barcelona o River?
-Es un momento de la tele, el sillón y yo. El domingo perfecto en mi vida sería de lluvia y mirando fútbol desde las 11 de la mañana, que es cuando empieza el inglés.

-¿Por las características, con qué jugador te identificás?
-Es muy difícil. Primero porque no tengo un puesto fijo, no sé de qué juego (risas). Tengo muchos que me gustan, pero me fijo más en el referente. Puyol es un claro ejemplo: quizás no es el mejor técnicamente, pero es un jugador que siempre da el ciento diez por ciento por partido. Es buen capitán y compañero. Me fijo más en esas cosas: que sea un líder dentro de la cancha, que se ponga el equipo al hombro, que se entrena siempre. Me gustaría identificarme más con una persona así que con alguien hábil o goleador.

-¿Cuánto dirías que sabés de fútbol?
-Sé bastante, pero depende de con quién me siente a debatirlo. Por ser mujer y no ser periodista, creo que sé mucho.

-Imaginamos que se dan muchos debates en Twitter, un lugar en el que se opina bastante.
-Me pasó que en los Panamericanos de 2011 yo leía los comentarios y quedaba destruida. Ahí era cuando Lucha nos decía que no leyéramos porque nos iban a matar. Yo igual lo hacía porque quería ver qué ponían y quiénes eran los que no estaban en ese momento e iban a estar mañana. Con el tiempo aprendí a que no me afecte tanto, como tampoco me siento la mejor cuando te dicen que en un partido la rompí.

-¿Las críticas influyen emocionalmente?
-Según Lucha hay un estudio que dice que tu rendimiento baja en un porcentaje al leer ciertas cosas malas. Por lógica puede ser, pero yo lo leía igual porque también es lindo sentir a la gente tan cerca. Llegás a sentir un apoyo que te hace saber que tenés la espalda cubierta. En los Panamericanos la gente no nos mató. A Las Leonas no se les puede reprochar nada porque, siendo un deporte amateur, tienen entrega. Y eso la gente lo ve.

-¿No te autodestruís un poco, si leés cuando dicen que no hace bien?
-Sí, pero quiero saber qué están diciendo. En determinado momento fue muy duro porque te sentías culpable de lo que había pasado en Guadalajara. Nos mataban en la parte deportiva, pero con razón. El equipo no estuvo a la altura y eso está claro, aunque me parece que hubo una parte injusta. Pero así es el periodismo y de eso aprendo y sé que no lo voy a hacer cuando sea periodista. Muchas críticas son constructivas, pero también hay otros que se dedican únicamente a destruir.

-¿Te imaginás formando parte de los medios?
-Sé que algo relacionado al periodismo voy a hacer y a lo deportivo seguro, pero todavía no sé bien qué será. En la serie ante Nueva Zelanda jugada en Rosario estuve con Gonzalo (Bonadeo) haciendo los comentarios del partido para TyC Sports y me sentí muy cómoda. Aunque la tele no me agrada porque no me gusta la imagen. Prefiero la radio.

-¿Como futura periodista, qué análisis hacés del periodismo actual en el hockey?
-Me parece que es un arma de doble filo, no sólo con el hockey. Es muy exitista. El deportista va sabiendo cuál es el periodista que es crítico, pero que no va a molestarte. Vos los vas conociendo con el tiempo y vas viendo diferentes tipos de profesionales. Creo que Las Leonas tienen un respaldo mayor por lo que transmiten. Es un grupo que hace años está en el más alto nivel. En el caso de Las Leonas, en general no le damos al periodismo motivos para la crítica destructiva. De todos modos me gustaría saber qué pasará si al equipo en unos años no le va tan bien.

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