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#Nota

#Genética Pura

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Son conocidos como los "mellis", pero biológicamente son gemelos. Lucas y Tomás Argento comparten algo más que el mismo ADN. Sus elecciones por el hockey, la Medicina, el seleccionado y hasta las lesiones los llevan a transitar un camino paralelo, más allá del simple hecho de ser hermanos.

Sus partidas de nacimiento marcan el mismo día, mes y año, pero sus parecidos no sólo se reflejan en sus rasgos físicos. Hiperactivos, como cualquier niño en los primeros años de la infancia, sus padres los hicieron practicar varios deportes, entre ellos la natación y el fútbol. Sin embargo, fue a los 8 cuando decidieron poner un eslabón más a la cadena genética que los une como hermanos y virar el rumbo deportivo hacia el hockey.

Con el paso de los años se desarrollaron como jugadores y se convirtieron en protagonistas de las hazañas más importantes que tuvo la disciplina hasta el momento en lo que respecta al ámbito internacional en la rama masculina. Campeones Mundiales Juveniles en Rotterdam 2005 y medalla de bronce en la Champions Trophy 2008, fueron algunas de sus conquistas. Actualmente, se recuperan de lesiones que los tuvieron a maltraer en los últimos años y aseguran no cerrarle las puertas al seleccionado.

Pero no todo es el palo y la bocha en la vida de Lucas y Tomás. Sus inclinaciones por la Medicina hicieron que no sólo sean compañeros en la vida deportiva, donde se desempeñan como jugadores y coordinadores de GEBA, sino que apostaron al mismo futuro profesional.


- ¿Qué los llevó a inclinarse definitivamente por el hockey?

Tomás: - Fue a los 14 años cuando nos llamaron al junior de Argentina, en vistas a un Mundial (2005). Ahí fue que tuvimos que abocarnos cien por ciento al hockey. El llamado llegó por parte de Alejandro Verga, que nos entrenaba en GEBA. Nos fue bastante bien y quedamos en todo el proceso.

- ¿Cómo llegó el llamado a la Selección?

Lucas: - Alejandro Verga era por aquel entonces el entrenador del seleccionado juvenil. Me acuerdo que la primera semana que llegamos nos hicieron varias pruebas físicas y empezamos a correr como animales.

- Dentro de ese paso por el seleccionado, compartieron un mundial Juvenil, en el cual marcaron historia. ¿Cómo fue vivirlo juntos?
T: - Tengo recuerdos increíbles. Pasan los años y cuesta repetirlo y armar una camada tan fuerte como la nuestra, por eso le vas dando más valor. Vivirlo con Lucas me generó la posibilidad de entendernos adentro de la cancha con mirarnos y nada más.

L: - Considero que ese Mundial y la medalla de Champions Trophy 2008 fueron los dos hitos más importantes y que encima pudimos coincidir los dos juntos. Del Mundial mi sensación es doble porque en algún sentido estábamos debutando en el alto rendimiento. Fue increíble en lo deportivo y como experiencia.

- ¿Cómo vivieron el pasaje del junior al mayor?
L: - Pasar del junior al mayor siempre tiene una presión porque uno no sabe qué va a pasar. Tuvimos la suerte de que en nuestra camada pasaron diez jugadores y fuimos quedando bastante rápido en los torneos. Después me fui perdiendo citas importantes por lesiones.

- Tuvieron lesiones muy similares. ¿Llegaron a pensar que podrían tener un origen psicosomático?

T: - Hubo gente que después de haber tenido tantas lesiones, nos comentó que por ahí la parte psicológica tuvo algo que ver. Pero creo que al tener el mismo ADN y los mismos estímulos de entrenamientos durante toda nuestras vidas, como así también de forzar la máquina hasta el cien por ciento, nos fue perjudicando. No es tan loco que tengamos las mismas lesiones porque es una misma estructura con los mismos estímulos, así que era de esperar.

- ¿Creen que se forzaron mucho de chicos?

T: - Sí, creo que por la edad que teníamos cuando entramos al junior tendríamos que haber sido acompañados con más trabajos de prevención. Nos entrenábamos como adultos. En general, en los deportes, no se hacen trabajos de prevención.

L: - Siempre fuimos muy autoexigentes, más desde lo físico. Eso hizo que muchas veces nos sobrentrenáramos y no le diéramos bola a algunas lesiones. Hoy en día me doy cuenta de eso y de que tendríamos que habernos cuidado un poco más.

- ¿Se queman etapas con el junior y se llega cansado al mayor?

T: - No creo que se llegue al mayor cansado por la preparación a un Mundial. Pero sí apunto al esfuerzo que implica llevar el cuerpo tan al límite y que se produzcan lesiones que dejan marcas a futuro. Claramente Argentina saca ventaja en los juniors, sobre todo en varones, porque muy rápidamente los jugadores están jugando en primera con poca edad y ganan una maduración muy rápida que quizás en Europa no se da.

L: - Yo diferencio exigencia de intensidad, porque la exigencia en un seleccionado tiene que estar. De lo que sí reniego es de que muchas veces se cae en el sobrentrenamiento y no se dan períodos de descanso.

El Chapa llegó al seleccionado y los llamó, pero ¿en qué situación se encuentran?

T: - Nos llamó en la primera lista, apenas llegó. Veníamos de nuestras roturas de rodillas y eso hizo que estemos descompensados físicamente. Intentamos volver muy rápido para llegar al Juego Olímpico de Londres 2012, pero ninguno de los dos pudo. Ahora estamos en plena recuperación. Le contamos al Chapa que estábamos jugando en GEBA, de a poquito, pero que todavía tenemos una larga recuperación y nos dijo que tratemos de recuperarnos con él. Empezamos a ir a los entrenamientos. Esa recuperación iba muy bien, pero en determinado momento tuvo que empezar a armar la lista para competir en los torneos y nosotros hacíamos trabajos diferenciados, por lo que convenimos con él seguir nuestro trabajo diferenciado fuera del seleccionado y más adelante, cuando estemos bien, volver a charlar.

L: - En mi caso, seis meses antes de los Juegos Olímpicos de Londres me rompí los ligamentos cruzados de la rodilla derecha. Hice una rehabilitación muy rápida, empecé a entrenarme a los tres meses, pero así y todo el cuerpo técnico no sintió que podía estar en condiciones de tener una oportunidad de probar y no viajé. A partir del sexto mes empecé a sentir algunas repercusiones de las operaciones que tuve, tanto de pubalgia como de las dos rodillas, y entonces todo lo que quedó del 2012 lo utilicé para recuperarme. Volví a jugar y a fines del 2012 me agarró un dolor de espalda y surgió que tenía una hernia discal. A partir de eso estoy rehabilitándome de este problema.

- Entonces siguen trabajando para poder volver…

T: - Sí. Hoy por las lesiones no estamos para entrenar, pero sí estamos rehabilitándonos porque queremos volver a la Selección cuanto antes podamos.

L: - Yo hago RPG, Kinesiología, Osteopatía, sumado a los entrenamientos en el club para estar bien. Recién estoy volviendo a jugar de a poquito. La Selección no es una puerta cerrada. Cuando esté bien físicamente me pondré a disposición para un nuevo llamado.

- ¿Tienen cuentas pendientes?

T: - Sí, los Juegos Olímpicos para nosotros son una cuenta pendiente, pero en definitiva queremos recuperarnos para volver a la selección y jugar todos los torneos que haya.

- ¿Cuánto tiempo de su vida le dedican al hockey?

T: - La mayor parte de mi vida está dedicada al hockey. Pobre la Medicina, que tuvo que ser postergada porque en el hockey se fueron presentando nuevos proyectos que no pudimos ni quisimos decirles que no. Además de la Selección, de ser jugadores de GEBA empezamos a ser entrenadores y coordinadores del club y eso nos requería mucho tiempo. Es algo que nos gusta y nos apasiona, y por eso nos metimos de lleno.

L: - Cuando nos entrenábamos con el seleccionado, la cabeza estaba puesta cien por ciento en el hockey. Este año, a partir de no estar con los horarios del seleccionado, pude dividir mi vida entre la coordinación, el hockey y la medicina.

- Se los escucha muy metidos en el trabajo con GEBA. ¿Qué hacen específicamente?

L: - Apuntamos a sumar las vivencias nuestras del día a día, cuando asumimos el rol de entrenadores. Empezamos a ver las cosas que le faltaban al club y a trabajar en eso sin tener ningún cargo. Después nos dieron el cargo formal de coordinadores: Tomás de Menores y yo de mayores.

T: - Buscamos hacer de GEBA un semillero para poder sostener los logros que el club ha ganado, sobre todo en damas, que fueron muchísimos, y también en varones. Queremos hacer una gran escuela de hockey en la que se enseñe mucho contenido hockístico, pero también muchos valores. Para nosotros es muy importante la formación de la persona antes que la del jugador y con eso estamos encarando un montón de programas. También fomentamos la integración social, ya que el club cuenta con un montón de tiras: en mujeres, de la A a la F, y en varones A y B. Además, trabajamos con un programa solidario en conjunto con gente de las villas, para que los chicos de GEBA, además de ayudar a otros, valoren lo que tienen, que es mucho.

- ¿Cómo surgió el proyecto?

T: - El proyecto surgió justamente al hacer hincapié en los valores, para que la gente entienda que el éxito no es solo ganar los tres puntos sino que implica un montón de otras cosas. También buscamos potenciar todo lo bueno que tiene GEBA. Por ejemplo todos los jugadores involucrados en los seleccionados son entrenadores y están involucrados en el proyecto.

L: - La idea es poder utilizar todos los recursos que tiene el club, tener una estructura firme.

- ¿El objetivo es a largo plazo?

T: - Cuando arrancamos en 2011 presentamos las ideas que teníamos a corto, mediano y largo plazo. La intención es poder mantener un proyecto serio que se mantenga en el tiempo. Pensamos en un GEBA que pueda reciclarse y que no dependa de una camada o de otra, sino que sea una escuela de hockey donde se formen personas y jugadoras constantemente.

L: - Al aceptar estos cargos, teníamos el aval de hacer un proyecto a largo plazo porque son cambios profundos los que pretendemos, tanto en la parte administrativa como en la organizativa y en la competitiva, ya que en GEBA somos más de 1000 jugadores.

- Respecto al tema del estudio, ¿cómo viene la carrera de Medicina?

T: - El habernos lesionado nos dio un espacio para empezar a meter materias. A medida que vamos teniendo tiempo vamos avanzando, sin apuro, pero la idea es no frenar tanto como ya nos sucedió. Mientras las circunstancias nos dejen, seguiremos avanzando.

- ¿Cómo se inclinaron por la carrera, la cual demanda muchas horas de estudio?

T: - Quizás tiene que ver con una predisposición familiar. Nuestra mamá es bióloga y papá es veterinario. Por las Ciencias Naturales está el asunto. Nos gustó, aunque sabemos que es la peor carrera que se puede elegir para combinarla con el deporte, debido a la carga horario y a las materias anuales. Muchas veces por los viajes perdimos el año entero.

L: - De todos los intereses que fueron surgiendo en el secundario era la carrera más amplia y la que podía abarcar más cantidad de tópicos que a mi me interesaban. Siendo deportista de alto rendimiento se le encuentra una relación directa y continua por aplicar las cosas.

- ¿El amor por el hockey podría llegar a llevarlos a dejar de lado la carrera?

T: - Si hay algo que tenemos claro es que vamos a terminar la carrera. Lo importante es no frenar ni volvernos locos con terminarla lo más rápido posible. Hoy nuestro proyecto es el hockey y la Medicina seguramente lo sea a futuro. O probablemente mezclándola con el deporte.

L: - Sucede que hay momentos en que no se puede hacer todo por las cargas horarias, pero siempre me propuse ir haciendo las dos cosas a la vez y dándole prioridad a aquello que no se iba a repetir, como por ejemplo algunos torneos, en donde prioricé el hockey por sobre la Medicina.

- ¿En qué especialidad se ven ejerciendo la a Medicina a futuro?

T: - No sé bien, aunque me imagino que va a estar relacionada con el deporte porque claramente es el punto en común.

L: - Todavía no me cierro en ninguna especialidad. No se ni siquiera si me veo con guardapolvo atendiendo en un consultorio. No sé para qué me va a servir particularmente Medicina, pero seguramente lo vincule con algo del deporte.

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